Por Diana Zepeda
Hay amores que no son,
aunque eran perfectos
llegaron a destiempo.
Amores que se callan en los labios
y se gritan con los ojos.
Amores que se acobardan
se esconden, se encuentran
resurgen y acorralan.
Se confiesan y ya es tarde,
se preguntan: "alguna vez quisiste..."
y responden al instante:
"siempre quise todo, pero no fuimos".
Sólo se prometen, un tal vez
y se llevan en la mente
como el deseo constante
de aquello que el corazón les demanda.