Por Diana Zepeda
Te quiero porque me quieres
te quiero por tus virtudes,
te quiero porque me quieres
te quiero nunca lo dudes.
Amo cuando ríes
te amo cuando lloras
amo cuando tienes prisa,
y te amo cuando demoras
Te amo aquí y en China
en andrajos o ropa fina,
en el fracaso y en la victoria
en álgebra como en historia.
Miércoles de Poesía. Hola, bienvenido seas a esta página, en la que encontrarás a manera de signos gráficos el contenido de mis pensamientos, ideas, recuerdos, experiencias y emociones. Podrás disfrutar también de poemas de reconocidos autores. Recuerda visitar cada mes, hallarás una nueva publicación, no olvides comentar. Hasta pronto.
miércoles, 25 de diciembre de 2013
miércoles, 23 de octubre de 2013
El hombre de piedra
Por Diana Zepeda
El hombre de piedra
un día despertará
cansado y viejo
en terrible soledad.
Aquellos que lo amaron
y sin pena despreció
se habrán agotado
de buscar su amor.
Morirá en el olvido
con el corazón seco,
antes de partir no habrán
bellos recuerdos que añorar.
Verá ante su mirada fría
la corta vida pasar
sabrá que vivió equivocado
sin rumbo, de aquí para allá.
Volando como el viento,
cerca y después tan lejos,
desvaneciéndose en un instante
como las olas en el mar.
Dios perdone su egoísmo
y su falta de humildad,
lo reciba en su seno
en su infinita bondad.
Pediré cada día
por su alma perdida
que rectifique su vida
y no tenga un triste final.
Soñaré que ha vuelto,
abrazaré su recuerdo
y lo amaré desde lejos,
aunque no vuelva más.
El hombre de piedra
un día despertará
cansado y viejo
en terrible soledad.
Aquellos que lo amaron
y sin pena despreció
se habrán agotado
de buscar su amor.
Morirá en el olvido
con el corazón seco,
antes de partir no habrán
bellos recuerdos que añorar.
Verá ante su mirada fría
la corta vida pasar
sabrá que vivió equivocado
sin rumbo, de aquí para allá.
Volando como el viento,
cerca y después tan lejos,
desvaneciéndose en un instante
como las olas en el mar.
Dios perdone su egoísmo
y su falta de humildad,
lo reciba en su seno
en su infinita bondad.
Pediré cada día
por su alma perdida
que rectifique su vida
y no tenga un triste final.
Soñaré que ha vuelto,
abrazaré su recuerdo
y lo amaré desde lejos,
aunque no vuelva más.
miércoles, 18 de septiembre de 2013
Dolor
Alfonsina Storni
Quisiera esta tarde divina de octubre
pasear por la orilla lejana del mar;
que la arena de oro, y las aguas verdes,
y los cielos puros me vieran pasar.
Ser alta, soberbia, perfecta, quisiera,
como una romana, para concordar
con las grandes olas, y las rocas muertas
y las anchas playas que ciñen el mar.
Con el paso lento, y los ojos fríos
y la boca muda, dejarme llevar;
ver cómo se rompen las olas azules
contra los granitos y no parpadear;
ver cómo las aves rapaces se comen
los peces pequeños y no despertar;
pensar que pudieran las frágiles barcas
hundirse en las aguas y no suspirar;
ver que se adelanta, la garganta al aire,
el hombre más bello, no desear amar...
Perder la mirada, distraídamente,
perderla y que nunca la vuelva a encontrar:
y, figura erguida, entre cielo y playa,
sentirme el olvido perenne del mar.
Quisiera esta tarde divina de octubre
pasear por la orilla lejana del mar;
que la arena de oro, y las aguas verdes,
y los cielos puros me vieran pasar.
Ser alta, soberbia, perfecta, quisiera,
como una romana, para concordar
con las grandes olas, y las rocas muertas
y las anchas playas que ciñen el mar.
Con el paso lento, y los ojos fríos
y la boca muda, dejarme llevar;
ver cómo se rompen las olas azules
contra los granitos y no parpadear;
ver cómo las aves rapaces se comen
los peces pequeños y no despertar;
pensar que pudieran las frágiles barcas
hundirse en las aguas y no suspirar;
ver que se adelanta, la garganta al aire,
el hombre más bello, no desear amar...
Perder la mirada, distraídamente,
perderla y que nunca la vuelva a encontrar:
y, figura erguida, entre cielo y playa,
sentirme el olvido perenne del mar.
miércoles, 14 de agosto de 2013
No puedo vivir sin ti
Por Diana Zepeda
Qué absurda y enferma
me parecía la frase:
“ No puedo vivir sin ti”
Hasta hoy comprendo,
Porque hasta hoy siento
Como algo falta cuando
Tu no estás, que algo muere
Dentro de mí, cuando te vas.
No puedo vivir sin ti
No porque muera en realidad,
Sino porque de alguna manera
Extraña y funesta, dejo de respirar.
Mis ojos no brillan más,
Me endurezco y me amargo
Solo porque no estás.
Sé que mucho valgo,
Sé que junto a ti hay muchos más,
Y qué me importan los demás,
Si eres tú a quien elegí para amar.
Qué absurda y enferma
me parecía la frase:
“ No puedo vivir sin ti”
Hasta hoy comprendo,
Porque hasta hoy siento
Como algo falta cuando
Tu no estás, que algo muere
Dentro de mí, cuando te vas.
No puedo vivir sin ti
No porque muera en realidad,
Sino porque de alguna manera
Extraña y funesta, dejo de respirar.
Mis ojos no brillan más,
Me endurezco y me amargo
Solo porque no estás.
Sé que mucho valgo,
Sé que junto a ti hay muchos más,
Y qué me importan los demás,
Si eres tú a quien elegí para amar.
miércoles, 17 de julio de 2013
Una noche serena
Por Diana Zepeda
Quiero un vestido nuevo
y unos zapatos de tacón,
quiero darte un gran beso
y pintarte de color.
Medias blancas
y un peinado de salón,
robarte un suspiro
lograr tu atención.
Quiero al ver tu rostro,
hallar amor en tu mirada,
en tus oscuras pupilas
mi sonrisa reflejada.
Quiero una fina caricia,
una dulce promesa,
tu palabra de honor
sellada por un beso de amor.
Al caminar de tu brazo
en una noche serena,
quiero ver tus ojos
brillar como estrellas.
Quiero verte galante
romántico y seductor,
que permanezca siempre
lo que de ti me enamoró.
Quiero una copa
de suave vino
para brindar contigo
esta noche serena.
No escucharé condenas,
murmullos o desprecios,
no tendré disgustos
ignoraré a mirones y necios.
Quiero andar a tu lado
por un nuevo camino,
iniciar juntos un viaje
que dure toda la vida.
Quiero en cada tropiezo
una nueva oportunidad,
un lienzo en blanco donde pueda
contigo, mis suenos dibujar.
Quiero un vestido nuevo
y unos zapatos de tacón,
quiero darte un gran beso
y pintarte de color.
Medias blancas
y un peinado de salón,
robarte un suspiro
lograr tu atención.
Quiero al ver tu rostro,
hallar amor en tu mirada,
en tus oscuras pupilas
mi sonrisa reflejada.
Quiero una fina caricia,
una dulce promesa,
tu palabra de honor
sellada por un beso de amor.
Al caminar de tu brazo
en una noche serena,
quiero ver tus ojos
brillar como estrellas.
Quiero verte galante
romántico y seductor,
que permanezca siempre
lo que de ti me enamoró.
Quiero una copa
de suave vino
para brindar contigo
esta noche serena.
No escucharé condenas,
murmullos o desprecios,
no tendré disgustos
ignoraré a mirones y necios.
Quiero andar a tu lado
por un nuevo camino,
iniciar juntos un viaje
que dure toda la vida.
Quiero en cada tropiezo
una nueva oportunidad,
un lienzo en blanco donde pueda
contigo, mis suenos dibujar.
miércoles, 1 de mayo de 2013
Inventario galante
Antonio Machado
Tus ojos me recuerdan
las noches de verano
negras noches sin luna,
orilla al mar salado,
y el chispear de estrellas
del cielo negro y bajo.
Tus ojos me recuerdan
las noches de verano.
Y tu morena carne,
los trigos requemados,
y el suspirar de fuego
de los maduros campos.
Tu hermana es clara y débil
como los juncos lánguidos,
como los sauces tristes,
como los linos glaucos.
Tu hermana es un lucero
en el azul lejano...
Y es alba y aura fría
sobre los pobres álamos
que en las orillas tiemblan
del río humilde y manso.
Tu hermana es un lucero
en el azul lejano.
De tu morena gracia,
de tu soñar gitano,
de tu mirar de sombra
quiero llenar mi vaso.
Me embriagaré una noche
de cielo negro y bajo,
para cantar contigo,
orilla al mar salado,
una canción que deje
cenizas en los labios...
De tu mirar de sombra
quiero llenar mi vaso.
Para tu linda hermana
arrancaré los ramos
de florecillas nuevas
a los almendros blancos,
en un tranquilo y triste
alborear de marzo.
Los regaré con agua
de los arroyos claros,
los ataré con verdes
junquillos del remanso...
Para tu linda hermana
yo haré un ramito blanco.
las noches de verano
negras noches sin luna,
orilla al mar salado,
y el chispear de estrellas
del cielo negro y bajo.
Tus ojos me recuerdan
las noches de verano.
Y tu morena carne,
los trigos requemados,
y el suspirar de fuego
de los maduros campos.
Tu hermana es clara y débil
como los juncos lánguidos,
como los sauces tristes,
como los linos glaucos.
Tu hermana es un lucero
en el azul lejano...
Y es alba y aura fría
sobre los pobres álamos
que en las orillas tiemblan
del río humilde y manso.
Tu hermana es un lucero
en el azul lejano.
De tu morena gracia,
de tu soñar gitano,
de tu mirar de sombra
quiero llenar mi vaso.
Me embriagaré una noche
de cielo negro y bajo,
para cantar contigo,
orilla al mar salado,
una canción que deje
cenizas en los labios...
De tu mirar de sombra
quiero llenar mi vaso.
Para tu linda hermana
arrancaré los ramos
de florecillas nuevas
a los almendros blancos,
en un tranquilo y triste
alborear de marzo.
Los regaré con agua
de los arroyos claros,
los ataré con verdes
junquillos del remanso...
Para tu linda hermana
yo haré un ramito blanco.
sábado, 9 de marzo de 2013
Te escribiré un poema
Por Diana Zepeda
He escrito tantas veces
tareas, reportes, recados urgentes,
versos, cartas, palabras y sandeces.
He escrito tantas cosas
algunas de ellas sin pensar,
he creado líneas hermosas
que alegran y a la vez causan pesar.
Las palabras del adiós
hoy escribo para ti,
parece pronto, corre el tiempo veloz,
El ritmo de la vida es así.
Te escribiré un poema
para decirte adiós.
lo que no pudo expresar mi voz.
Y te escribiré en un poema
lo que no pude decir,
la despedida será el tema
la noche que te veré partir.
Vistiendo elegantes ropas
brindaremos con champaña,
levantaremos nuestras copas
en una fiesta de gala.
Quizá con la voz rota
y las manos temblorosas,
daré lectura a esta nota
ante tus miradas cristalinas y curiosas.
Te escribiré un poema
me dije al contemplarte,
te escribiré un poema
por amor al arte.
Voy a extrañarte tanto
y a recordarte siempre,
voy a secar mi llanto
para que me recuerdes sonriente.
Tanta alegría como pena
el triunfo me hace sentir
he aquí el poema,
llegó la hora de partir.
Disfrutemos el festín
celebremos nuestra gloria,
colegas, cimarrones, egresados al fin,
todos parte de una historia.
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